Madrid,caluroso domingo.
Algo que escribo con asfixia del ánimo y del cuerpo.
El calor, el verdadero calor en cualquier tipo de situaciones,te invade de la misma manera que la nostalgia:hasta las entrañas.
Agárrame de los tobillos marchitos
sacudeme el asfixia del alma
nos encontraremos en los mismos sitios
y arrancare a mordiscos la calma.
Agárrame de las dudas disipadas
sacudeme la energía transmutada
nos encontramos al azar de encruzijadas
y arrancare esa historia cansada.
Agárrame de los pretéritos brazos
sacudeme al vacio brutal del existir
nos encontraremos en añiles trazos
y arrancare ganas de vivir.
Agárrame de los remiendos cóncavos
sacudiremos soluciones convexas.
Texto:Eloië
2 comentarios:
El verano se avecina y nos empuja a la noche, hogar de la esperanza. Y la esperanza será inevitablemente nostalgia...
Aunque me niego a identificar este agobio meteorológico con el verdadero calor, el de debajo de la piel, quizá, me temo, porque soy un romántico incurable (e insufrible).
Me gusta especialmente la tercera estrofa del poema, y esos dos últimos versos... quisiera ser convexo para tu mano cóncava (tomando prestados los versos a mi casi-tocayo)
No quedan manos para agarrar,
quemadas en una hoguera de
principios que eran fines,
calientes están aún sus cenizas,
más ya aguardan madera nueva
que el fuego permita reavivar.
Iba a poner mucho más, pero escribí tanto que perdió su sentido, así que aquí lo dejo.
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